Todos pasamos por etapas en las que nos cuesta avanzar. No es falta de ganas; a veces es cansancio, saturación o simplemente un momento de pausa que el cuerpo pide.
1. Escucha cómo estás
Antes de exigirte más, pregúntate:
- ¿Estoy agotado?
- ¿Estoy intentando abarcar demasiado?
Reconocerlo ya es un avance.
2. Empieza por pasos pequeños
No necesitas grandes cambios.
Un pequeño paso, repetido cada día, es lo que realmente mueve tu vida hacia adelante.
3. Aprecia tus progresos
Aunque parezcan mínimos, cuentan.
Cada intento, cada gesto, cada día que lo vuelves a intentar, suma.
4. Rodéate de cosas que te inspiren
Personas, música, rutinas o ambientes que te recuerden quién quieres ser y cómo quieres sentirte.
Estás estrategias pueden ayudarte, pero a veces es más fácil ponerlas en práctica con apoyo.
Añadir comentario
Comentarios